En la película “300”, pudimos ver como “El emperador Persa, Jerjes” aplastaba a todo aquel que osara llevarle la contraria, utilizando todas las armas posibles para aniquilar y borrar del mapa al valiente que se enfrentara a él.
Al final, el pueblo espartano se sublevó y poco a poco fue ganando batallas, hasta la victoria final. Pero para que ello ocurriera, Jerjes se llevó por delante a muchos inocentes.
Una cosa parecida le ha pasado a Tomás Gómez, que este verano osó echarle un pulso al todopoderoso emperador ZP y se encontró con todas las técnicas posibles de acoso y derribo, utilizadas por éste último en su contra.
Tomás se envalentonó y le hecho agallas para resistir el embate de la contienda. Al final y como en la película 300, el emperador pierde la batalla, dando comienzo ese día, al fin de una era sombría para su país.
En este caso, la batalla perdida por el emperador agrava, todavía más, la situación del país que gobierna, al transmitirse que, hasta en su propia casa ya, ni le quieren.
La forma de gobierno zapateril ha postergado a mucha gente a un segundo plano, haciendo de su imagen, una idéntica a la del emperador “Jerjes” que la llevaba a gala por todas partes para demostrar quien mandaba en su país y en su partido.
Esperemos que la derrota con Tomás Gómez sea el comienzo del fin de la era más negra que ha vivido nuestro país en la democracia reciente. Y esperemos que eso ocurra cuanto antes, por el bien de todos.
